La contaminación de las aguas continentales



Está publicado en Climántica TV el vídeo que recoge la conferencia del catedrático de Edafología y Química Agrícola de la USC, Francisco Díaz-Fierros, referida al capítulo 7 del libro de la tercera etapa de Climántica, Agua y cambio climático. Por tanto, en ella abordó la contaminación de las aguas continentales a nivel global, a nivel europeo, a nivel de España y a nivel de Galicia.

Empezó la conferencia enmarcando la contaminación del agua a nivel histórico; haciendo referencia al cambio de concepción, en el que el agua dejó de considerarse como impoluta, debido al gran hedor de Londres en 1858, por acumulación de fecales en el Támesis. Esta contaminación fue consecuencia de la mejora de las condiciones higiénicas de la población, que provocaron un importante aumento de fecales a los ríos. Hasta entonces el agua era considerada cómo pura, y con esa situación de contaminación del Támesis, se pasó a ver cómo algo susceptible de contaminar por nosotros. De este modo, la contaminación orgánica y fecal aparecieron cómo primeras formas de contaminación. Luego surgió la salinización, luego, con la industrialización, la contaminación por metales pesados la acidificación, la contaminación radiactiva, y con la agricultura intensiva, la eutrofización.

Sobre la contaminación a nivel mundial, destacó los avances de los países que se adelantaron a esta preocupación como Noruega y Canadá, que prácticamente solo les quedan los retos de la contaminación orgánica. En esa visión global de la contaminación, hizo mención a los problemas de contaminación de las aguas continentales en los países del este, entre los que destacan los metales pesados y la salinización. En relación a los países pobres rurales, expuso que prácticamente no tienen problemas de metales pesados y de contaminación radiactiva; pero sí presentan importantes problemas de contaminación orgánica y fecal. En los estuarios hay contaminación orgánica tal, que provoca la falta de oxígeno por proliferación de algas. En los países más desarrollados, en el 2007 se encontró, una tendencia a la merma de los fosfatos. En general, los países más avanzados son los que tienen mayor contaminación de las aguas continentales, pero también son los que más mejoran.

Hizo hincapié en que la contaminación de las aguas continentales puede ser puntual y difusa. La puntual afrontara con depuradoras de aguas residuales en el punto de salida. Sin embargo en la difusa, hay muchos puntos en los que se produce la contaminación y esta sigue caminos diversos y no predecibles. La única forma para afrontarla es limitar la cantidad de vertido en una superficie. Así por ejemplo, en el caso del nitrógeno, no debe superarse los 170 kg/Ha en ningún sitio que pueda llevar agua hacia los ríos. Esa limitación se imponen porque por encima de esa cantidad por Ha, las plantas y el suelo no son capaces de retener el nitrógeno, y este se lava. Para hacer frente a este tipo de contaminación, recomendó mantener la vegetación de ribera, que defiende el agua del río de la contaminación difusa. Dijo que España iba retrasada en la entrega de la normativa, y presenta una contaminación importante, con más de la mitad de los embalses eutrofizados por la agricultura y por los residuos domésticos de las lavadoras, ricas en P.

En relación a la situación de Galicia, se refirió, en primer lugar, a la situación de la calidad del agua de los ríos, medida en base a su potabilidad. Señaló que tienen mala calidad parte del Miño, Sar, una pequeña parte del Anllóns y parte del Sil. Dijo que más de la mitad de los ríos de Galicia tendrían una buena calidad del agua, aplicando este criterio de potabilidad, medido solamente desde el punto de vista físico – químico; pues desde el punto de vista bacteriológico, la mayoría de los ríos gallegos no tienen agua potable. Comentó que había ríos, como el Sar, donde aparecen bioindicadores de niveles de contaminación preocupante, como pueden ser determinadas malformaciones en algunas comunidades biológicas. Dijo también que más de la mitad de los embalses gallegos están en situación mesotrófica o eutrófica, con algún hipereutrofizado cómo el de los Peares.

En relación a la situación de las aguas subterráneas, expuso que en Galicia había pocos acuíferos, y que además son de tamaño pequeño. El más grade es el de La Limia. Dijo que se trataba de un acuífero abierto, formado por una capa de arena, que acumula el agua, y que va desde los 20 hasta los 60 m de profundidad. Por tanto este agua no está protegida de la contaminación por ningún tipo de barrera geológica. Señaló que por debajo de la arena, aparece una capa de arcilla, y algunos sitios, capas de lignitos. Esta capa aísla un acuífero fósil inferior. Otros acuíferos importantes están en los valles de Sarria y de la Terra Chá, como grandes depresiones del terciario en Galicia. El resto se localizarían en rocas, fracturas y zonas de acumulación. En todos ellos, resulta muy difícil establecer una relación entre riesgos y contaminación. En las zonas húmedas, en general, la contaminación es por nitrógeno. En la Terra Chá, donde el acuífero es de bolsas de arena protegida por arcilla; aun así, el 11% de los pozos analizados presentan más de 50 mg/l de nitratos y el 23% supera los 25 mg/l .

En relación a cómo afrontar los problemas de contaminación, dijo que la contaminación puntual se produce dónde hay concentración de población. En este sentido, hizo referencia a que en Galicia, no se separan las aguas pluviales de las domésticas, entre el 80% y el 90% de los casos. Sí se había hecho, las pluviales podrían vertirse directamente. Al no hacerlo, tienen que pasar necesariamente por depuradora; lo que aumenta la contaminación de las aguas, y los días de lluvia, hace llegar a las depuradoras mucha más agua de la que puede tratar. Sobre la contaminación difusa, dijo hay que controlar el nitrógeno de origen orgánico ganadero. Esto urge hacerlo en zonas como Arzúa, Silleda o Lalín, donde se está añadiendo más nitrógeno orgánico e inorgánico del que pueden tomar las plantas, lo que supone un impacto sobre las aguas por contaminación difusa. En relación a este tipo de contaminación difusa, aludió también a la contaminación por plaguicidas, antibióticos y hormonas, centrándose en el ejemplo del lindano.

Por último, señaló que el cambio climático va a agravar el problema, porque al haber más secas, habrá menos dilución. Sin embargo concluyó con un mensaje optimista y esperanzador, apoyándose en países avanzados, como Noruega y Canadá, que desde que diagnosticaron bien los problemas de la contaminación de sus aguas continentales, tomaron medidas que se están mostrando eficaces para resolverlos. Por eso comentó que esperaba que la situación actual de contaminación había sido un máximo, con tendencia a disminuir progresivamente en los próximos años.

 
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