Fue la primera fuente de energía usada por la especie humana, primero endosomáticamente y luego exosomáticamente. Bajo esa denominación nos referimos a todo tipo de materia orgánica formada a partir de procesos biológicos, y esto depende en última instancia de un proceso bioquímico fundamental, denominado fotosíntesis:
La primera revolución energética fue el descubrimiento del fuego, y aún en la actualidad la leña constituye la fuente primaria de energía para millones de personas de los países del tercer mundo.
El agotamiento de los recursos forestales conduce a un aumento del tiempo necesario para la recogida de leña en muchas de las aldeas de las montañas del Nepal. De este modo, algunos campesinos empiezan a usar excremento de vaca como combustible en sus cocinas, lo que disminuye la fertilidad de los campos y acentúa la erosión de los suelos, ya que carecen de capacidad económica para suplir el estiércol con fertilizantes químicos.
(La otra crisis energética. Erik Eckholm).
Vemos, por lo tanto, en la anterior lectura como el ser humano aprovecha todo tipo de biomasa. En función de su grado de transformación a lo largo de las cadenas alimenticias, distinguimos tres tipos:
