Los principales problemas de contaminación derivados de la extracción del petróleo en los campos petrolíferos marinos son los vertidos al océano, que se pueden producir por fugas durante la perforación o por surgencia eruptiva cuando se encuentran de manera inesperada acumulaciones de hidrocarburos a altas presiones. Esto aconteció en 1979 en el Golfo de México, donde parte del petróleo ardió y otro alcanzó las costas, contaminando las playas del litoral mexicano y estadounidense.
Durante la Guerra del Golfo Pérsico (1990-91) el ejército iraquí incendió más de 700 pozos en Kuwait, que ardieron cerca de seis meses consumiendo millones de bidones al día. Al mismo tiempo también se vertían importantes cantidades de crudo al Golfo. La catástrofe ecológica derivada de estas acciones fue de enormes dimensiones, provocó la muerte de innumerables especies marinas y devastó el litoral, que tardará entre unos 80 y 100 años en recuperar su biodiversidad.
