Analizando las emisiones difusas residenciales
La demografía gallega se vio afectada en los últimos años por una progresiva pérdida de población, mitigada en parte gracias a los movimientos migratorios. Al mismo tiempo experimentó una desigual distribución de estos cambios poblacionales dentro del territorio, que está dando lugar a una mayor concentración de habitantes en los núcleos urbanos y en las zonas turísticas costeras, con la consiguiente presión urbanística, frente a un progresivo despoblamiento de las zonas rurales del interior.
La principal consecuencia de este hecho es el aumento de las actividades del sector terciario -como es el caso de las relacionadas con el ocio y el recreo, el turismo o las actividades cotidianas- en detrimento del sector primario. Todas estas actividades tienen una gran importancia en la emisión de gases de efecto invernadero. En los últimos años, el proceso de urbanización aumentó considerablemente. El número de vivienda nueva construida en el período 2000-2006 fue de 77.163, lo que supuso una tasa media de crecimiento anual en el período de un 116%.
Las emisiones de GEI del sector residencial e institucional/comercial aumentaron en el período 1990-2006 en un 7,55%, y es a partir de 1997 cuando se produce la mayor subida, derivada principalmente del auge de la actividad constructora y del aumento asociado de la superficie de solo edificado en Galicia, sin olvidar el incremento del consumo de energía derivado de las instalaciones térmicas destinadas a atender la demanda de bienestar térmico e higiénico; por ejemplo, la calefacción, el agua caliente sanitaria, las cocinas, etc., que funcionan con gas o gasóleo.