La máxima expresión de los hábitos en el consumo energético la encontramos en EE UU, donde con sólo el 6% de la población mundial, consumen más de la tercera parte de la energía de todo el mundo. Entre EE UU, Canadá, Europa y Japón no superamos el 25% de la población mundial, pero consumimos el 75% de los recursos energéticos. De este modo, en países europeos de nivel de vida semejante a EE UU, como Suecia y Alemania, el consumo de energía per cápita es apenas la mitad de EE UU, que queda claramente destacado, pues consome más energía por año que todos los países de Europa occidental en su conjunto, aunque la población de esta sea un 75% superior.
Cuando se compara el consumo de energía de EE.UU. con la de los países en vías de desarrollo, las cifras se vuelven tan grandes que pierden todo su sentido.
