Aunque la industrialización de Galicia está por debajo de la de muchas comunidades autónomas, podemos comprobar lo que significó esta sobreexplotación de las cuencas hidrográficas y como una vez agotadas todas las posibilidades de grandes embalses se desarrollaron centrales térmicas en la segunda mitad del siglo XX: dos de carbón, Meirama y As Pontes de García Rodríguez, y una de fuel, Sabón.
La central térmica de As Pontes de García Rodríguez es la mayor unidad generadora del sistema eléctrico español, con una potencia instalada de aproximadamente 1400 MW, lo que demuestra la apuesta que se fijó en la segunda mitad del siglo XX por centrales térmicas capaces de producir mucha potencia eléctrica. Esta central consumía lignito pardo de una mina adyacente, rico en azufre. Su eficacia es de un 35% y produce anualmente 9100 GWh de electricidad.
Esta central es un ejemplo muy significativo para ver cómo el paso de la dinamo hidráulica a la vinculada a turbinas de vapor de las centrales térmicas supuso un aumento de las emisiones de gases invernadero, con una importante contribución a los niveles que nos preocupan en la actualidad.
