El Protocolo de Kyoto actúa controlando las emisiones de los focos fijos de naturaleza industrial, y aunque no consigue los objetivos, el crecimiento de las emisiones es mucho menor en su conjunto que el que se debe al transporte de manera individual. Así, en el período 1990-2006 las emisiones de GEI del transporte crecieron un 83,5 %. Este incremento es muy superior al 50,6 % en que aumentaron las emisiones totales de GEI sometidas al control que requiere el Protocolo de Kyoto, el que da idea de la importancia de este sector en lo relativo a los efectos en el calentamiento global y en su control. Sólo las emisiones de CO2 del transporte por carretera se incrementaron en un 88,6%, mientras que las del conjunto del transporte aéreo, marítimo, ferroviario y por tubería lo hicieron en un 41%.
En relación al consumo de energía, el transporte es el sector de mayor consumo: 39,2% del total, superando desde el año 2000 al sector industrial. El consumo de energía final, expresado en terajoules, creció un 133,5% desde 1990, siendo el transporte por carretera el que más consume seguido del marítimo, aéreo y ferrocarril. No obstante, los mayores incrementos desde 1990 en el consumo de energía se produjeron en el transporte por tubería (261%) y en el aéreo (130%).
Si el aumento de emisiones por transporte en general es preocupante, no lo son menos las debidas al transporte aéreo a causa de su fuerte crecimiento. En el año 2007 el tráfico aéreo total de pasajeros en España superó los 210 millones, sobrepasando en un 8,7% las cifras del 2006. Si se excluyen los pasajeros en tránsito, el total de pasajeros ascendió a 208 546 308. En este año el transporte aéreo ya representaba el tercer modo de transporte con mayor consumo de energía (12,13%), por detrás del transporte por carretera y marítimo
El incremento de los viajes turísticos, muy condicionados por la aparición de compañías de bajo coste, son uno de los principales causas del crecimiento de este modo de transporte. El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) estima que el sector aéreo es el responsable del 3,5% de las emisiones totales de CO2, porcentaje que aumenta con rapidez debido al incremento de las líneas aéreas de bajo coste y de los vuelos internacionales procedentes de economías emergentes como China e India, siendo previsible que en el 2020 las emisiones de la aviación dupliquen, como mínimo, los niveles actuales.
La Comisión Europea muestra su preocupación por el aumento de estas emisiones, porque considera que el transporte aéreo es una de las fuentes de emisión de CO2 cuya importancia aumenta con mayor rapidez, por lo que se está valorando a propuesta de reducir un 46% del CO2 debido a la aviación respecto al previsto en el caso de no adoptar medidas de aquí al 2020. Esta medida se justificaría porque desde 1990 las emisiones producidas en la UE por la aviación internacional aumentaron un 87%.
