En el período 1990-2006, el incremento de usos eléctricos fue del 54,3% y el de los usos térmicos del 22,8%, por lo tanto, el incremento considerado en su conjunto se sitúa en el 31,9%, con una subida media anual próxima al 2%. Si se considera el período 2000-2006, el crecimiento es del 25% para los usos eléctricos y del 12,9% para los usos térmicos, por lo que considerados en su conjunto aumentan un 14,4%. El incremento medio anual del total es del 2,4% en lo que va de siglo.
Según el IDAE, la distribución del consumo de energía en los hogares es el siguiente: calefacción (41,7%), electrodomésticos (12%), agua caliente (26,2%), cocina (10,8%), iluminación (9%) y aire acondicionado (0,4%).
En comparación con el consumo medio en Europa hay que destacar el menor consumo de calefacción en los hogares españoles (un 26% con datos de 2003) y un mayor consumo debido a electrodomésticos e iluminación (un 6,8 %), así como de agua caliente (un 12,1%).
Este consumo energético es el responsable de que en cifras absolutas el sector residencial emitiera 18 110 quilotoneladas, lo que supone una responsabilidad del 5% de la totalidad de CO2 emitido a la atmósfera. En el 2006 se acusó un importante descenso en las emisiones de CO2 atribuidas al sector residencial, estimadas en un 8% en relación con el año anterior, siendo el mayor descenso desde 1990.
En el período 1990-2006, el incremento de estas emisiones fue aproximadamente del 40%, mientras que en el período 2000-2007 el incremento fue del 9,2%. En el año 2006, en el que se registró el mayor descenso desde 1990, cada hogar emitió 1,16 toneladas de CO2, cifra inferior a la media europea.
