Estudio para superar la crisis energética y el cambio climático
La preocupación por las consecuencias de esta crisis energética, que lleva asociada un cambio climático, hace que aparezcan estudios para garantizar la sostenibilidad más allá del año 2050, cuando se prevé que la población de la Tierra se acerque a los 10 mil millones de habitantes. Uno de los estudios más conocidos es el Plan del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, dirigido por el científico Socolow, que propone un mejor aprovechamiento de las energías, de la eficiencia y del carbón limpio. Este estudio mantiene que se puede salir de la actual crisis sin más que proponer diversas cuñas de disminución de emisiones, cada unas de las cuales se apoya en una tecnología o medida de gestión energética conocida y aplicada en la actualidad. Los científicos que elaboraron este Plan concluyeron que: "La humanidad ya posee el conocimiento científico, técnico e industrial básico para resolver los problemas del CO2 y del clima para los próximos 50 años".
Según estos científicos, el conjunto de estas cuñas pueden llegar a hacer descender las emisiones a un punto inferior a los niveles de la década de los setenta del siglo pasado.
Muchos países ya se decidieron a actuar mediante la aplicación del Protocolo de Kyoto, que fue ratificado por ciento treinta y dos países del mundo desarrollado. Sólo hubo dos excepciones, que fueron las de EE UU y Australia.
Estos cálculos se hicieron teniendo en cuenta la situación actual en la que no paramos de bombear CO2 a la atmósfera. En este momento, un coche puede tener un consumo de 5 litros por cada 30 km. Por lo tanto, si se recorren 150 000 km, producirá más de 8 toneladas métricas de carbono. Una central eléctrica de carbón de mil megawatts construida en la actualidad puede durar 50 años y emitir alrededor de 100 millones de toneladas de carbono durante su vida útil. Independientemente de la capacidad de las cuñas para ser un mecanismo eficaz para solucionar los problemas ambientales, sí es cierto que ponen de manifiesto que cuanto más esperemos y cuantas más infraestructuras hagamos sin tener en cuenta el impacto en cuanto a emisiones, más difícil será mantener los niveles de CO2 por debajo de las 500 partes por millón.
Todos los cálculos de Socolow se basan en el supuesto, evidentemente hipotético, de que los pasos de estabilización se den de inmediato, lo que significa que todos los países consigamos objetivos de reducción mucho más ambiciosos que los de Kyoto, teniendo en cuenta que muchos estamos lejos de los compromisos de disminución de emisiones máximas que firmamos, y otros, como EE UU, primer emisor mundial, ni siquiera firmaron. El crecimiento de las emisiones pudo ser mayor si no se llega a apostar por la "descarbonización", que supuso que en las últimas décadas se utilizara más petróleo, gas natural y energía nuclear que carbón.