Es importante observar que aunque en todas las transformaciones no se crea ni destruye energía, en el mundo real es imposible transformar totalmente toda la energía que esté presente en una determinada forma a trabajo útil, porque siempre una parte de ella, por pequeña que sea, si transformará en calor (que es otra de las formas que adopta la energía).
Tanto la energía que precisamos para la vida de la nuestras células como aquella que es propia de nuestros usos culturales debemos obtenerla de las cadenas de carbono procedentes de los nutrientes o de los combustibles. Cuando la energía es utilizada en cualquier proceso natural o tecnológico, una parte de ella es degradada en forma de calor, calor que pasa a calentar inevitablemente un cuerpo más frío (ordinariamente aire o agua del medio externo) y no vale para hacer el trabajo para el cual en origen estaba destinada. Por ejemplo, no podemos transformar toda la energía química presente en un depósito de gasolina -en las cadenas de C de origen orgánico- en trabajo en el motor de un vehículo, ya que en el proceso se producirá una cantidad de calor que se perderá por el tubo de escape, y más aún en la fricción de las piezas del motor; esa energía no la podremos transformar en movimiento del coche ni en ninguna otra forma de trabajo útil.
Esta emisión de calor que no se utiliza para hacer el trabajo para el cual se usa la energía, es el que llamamos "degradación de la energía", que quiere decir que cada vez que la energía pasa de una a otra de las formas que adopta, aunque ni se crea ni se destruye, va dejando de ser útil para transformarse en trabajo, ya que una fracción de la misma pasa a convertirse en calor de baja temperatura, que ya no es apta para convertirse otra vez en trabajo y que quedará ya permanentemente en forma de calor. Viene a ser una especie de impuesto que hay que pagar por utilizar las enormes reservas de energía que tienen los combustibles para poder mantener nuestras células con vida o nuestros motores y aparatos tecnológicos en marcha.
La ciencia que estudia la energía, sus transformaciones en otras diversas formas, en calor o en trabajo es la termodinámica. La termodinámica se desarrolló para estudiar la energía. La primera ley de la termodinámica puede enunciarse diciendo que: "la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma". Esta 1. ª ley da respuesta a preguntas como cuánta energía hay en el petróleo o en el gas, en el vapor a alta o baja presión, o en los alimentos, como, por ejemplo, en una empanada o en una pizza. Trata, por lo tanto, de la conservación y del intercambio de energía, o también de cuánto de un tipo de energía es equivalente a otro tipo de energía. Segundo esta 1. º ley no habría ningún problema energético en el mundo, porque la energía siempre se conservaría.
