La madera era de suma importancia para la vida de la época, porque además de ser la fuente básica de energía, era la materia prima para la fabricación de herramientas y de las principales maquinas de la industria de la época. El ser humano necesitaba para vivir, además de los alimentos que comía, el Sol que lo calentaba. Cuando el Sol no estaba presente la única forma de conseguir ese calor era quemando leña.
La madera no sólo servía para fabricar los utensilios, sino que era la energía básica para las actividades productivas, puesto que las otras dos fuentes de energía usadas, el viento y el agua, estaban sometidas a los caprichos del tiempo atmosférico, de los climas locales y de la precipitación anual, por eso la madera se convirtió en la materia universal de la economía anterior a la revolución industrial, porque de ella dependía la industria. Pero al mismo tiempo las maquinas de la industria eran igualmente de madera. En aquella época, la madera jugaba el papel que desempeñan hoy día los metales en la industria.
La madera no sólo se consumió por necesidad directa como materia prima de la industria, sinó que también se usó de forma indirecta en la minería, en la forja y en la fundición, y en las vigas para entibar las galerías de las minas y para construir carros de madera que transportaban el mineral.
La forja hidráulica consumía mucho carbón vegetal incandescente para conseguir la mezcla eficaz entre el hierro y el carbono que se lograba mediante los golpes del mazo movido por la energía hidráulica.
El consumo se aceleró hacia 1500, cuando nació el barco de tres palos que permitía hacer viajes oceánicos de altura gracias a los cuales se pudo buscar recursos en otros lugares. Para el crecimiento de esta flota, se consumieron grandes cantidades de madera. Al mismo tiempo, y sobre todo con el descubrimiento de América, se incrementó la flota y el desarrollo de armamento que requería de aceros ligeros y resistentes, lo que potenció la forja hidráulica. Por eso, aunque la tala de bosques para el cultivo disminuyó considerablemente la cantidad de madera disponible, la crisis definitiva se desencadenó como consecuencia del aumento de la producción de hierro y de la construcción de buques.
