La influencia de la constatación del cambio climático sobre la energía nuclear
Como ya comentamos anteriormente, ante la preocupación por los efectos del cambio climático y la certeza de que la era de los combustibles fósiles baratos toca a su fin, los defensores de las centrales proclaman que la energía nuclear es necesaria para afrontar el declive en el suministro de combustibles fósiles y que además no emite gases de efecto invernadero como el CO2. La justificación de esta hipótesis es que, dado que las altas temperaturas que hacen funcionar una central nuclear no se originan en un proceso de combustión (son el resultado del calor generado por la fisión del átomo), la industria nuclear puede garantizar que las centrales no emiten CO2 ni otros gases de efecto invernadero.
Conociendo el ciclo de funcionamiento de un reactor nuclear, podríamos calcular el CO2 emitido a lo largo de lo mismo.
El funcionamiento de una planta nuclear depende de una infraestructura industrial que se basa en un complejo circuito. Estas centrales funcionan con un combustible, el uranio, que no es demasiado abundante en la Tierra, lo que implica complejas explotaciones mineras, grandes instalaciones industriales para fabricarlo y largos viajes entre cada etapa del ciclo.
Minería →; Explotación minera de Uranio →; Producción de mineral de uranio concentrado →; Conversión del mineral de uranio concentrado en hexafluoruro de uranio (UF6) →; Enriquecimiento del UF6 →; Fabricación del combustible →; Transporte a la central nuclear →; Almacenamiento de los residuos.