Los límites de la primera revolución industrial: primer riesgo de desborde
El crecimiento de la población de este siglo supuso un grado importante de deforestación, debida a la necesidad de conseguir terrenos cultivables por los nuevos arados cada vez más potentes, con el fin de poder obtener el alimento necesario tanto para la población humana en aumento como para mantener el mayor número de animales precisos para trabajar el campo, y también para satisfacer las necesidades de leña y de carbón vegetal, debido al gran consumo de carbón vegetal que se utilizaba para la obtención de acero en las siderurgias hidráulicas.
Las herrerías hidráulicas acabarían jugando un papel destacado también en la conquista de América para la producción de armas y armaduras, y por lo tanto en la deforestación para obtener carbón vegetal. Además, la construcción de las grandes flotas de la época, basadas en buques de madera, intensificó la deforestación. En la etapa previa a la revolución técnica propiciada por los avances científicos de los siglos XVI y XVII, la energía animal, la obtenida a partir de la leña y la biomasa, la puramente mecánica que se aprovechaba de las corrientes de agua para mover turbinas rudimentarias, y la del viento para molinos y barcos de vela, eran prácticamente todos los recursos energéticos disponibles.